Padres de alumnos, exasperados por condiciones de vida indignas, han tomado la decisión de barricadar la entrada de la escuela infantil Notre-Dame-Limite Château Burzio en el 15ᵉ arrondissement de Marsella. Este lunes 18 de noviembre, el descontento estalló mientras el patio de recreo se transforma en vertedero al aire libre, cubierto de jeringas abandonadas y marcado por una fuga de gas alarmante. Los niños, que deberían pasar días serenos aprendiendo y jugando, se ven inmersos en una atmósfera de inseguridad e inquietud, lo que lleva a los padres a actuar en favor de un entorno más seguro y saludable.
Una ira que explota
Este lunes 18 de noviembre, la escuela infantil Notre-Dame-Limite Château Burzio, situada en el 15ᵉ arrondissement de Marsella, fue el escenario de una verdadera revuelta. Los padres de alumnos, al borde de los nervios frente a condiciones alarmantes, han barricadado la entrada del establecimiento para protestar contra un estado de deterioro extremo. Una situación insoportable que mezcla, entre otras cosas, aulas en ruinas, toallas abandonadas e incluso fugas de gas, poniendo así en peligro la seguridad de los niños.
Condiciones de vida inaceptables
La lista de disfunciones en la escuela es larga, y los padres están consternados. Además de las jeringas encontradas en el lugar, que atestiguan la degradación del barrio, objetos peligrosos como bicicletas y botellas de gas también están esparcidos en el patio de recreo. La gota que colmó el vaso y provocó la ira de las familias fue una fuga de gas ocurrida la semana anterior, mientras los niños aún estaban en el establecimiento. Una negligencia que habla mucho sobre el estado en que se encuentra esta escuela, y sobre la desesperación que ello implica.
Un grito de auxilio de los padres
Los padres de alumnos, como Baya, expresan una creciente preocupación ante la situación: «Una puerta que da al estacionamiento ha estado rota durante varios meses, y los jóvenes del barrio se aprovechan de ello para ocupar la escuela.» A medida que la degradación progresa, esto se convierte en una fuente de angustia, especialmente cuando se sabe que estos ocupantes dejan tras de sí basura y jeringas. Baya no duda en enfatizar su argumento señalando la necesidad urgente de serenidad: «No es normal que nuestros hijos se enfrenten a esto.»
Una reunión con el ayuntamiento
Durante esta manifestación, alrededor de veinte padres se reunieron para hacer oír su voz. La alcaldesa del distrito, Nadia Boulainseur, no podía ignorar su angustia. Ella se acercó a ellos, prometiendo que el patio de recreo sería renovado durante las vacaciones de Navidad. Una promesa que parece ser muy necesaria, dada la urgencia expresada por los padres. «Este edificio es magnífico, pero no es adecuado para una escuela infantil», reconoció, mientras proponía soluciones.
Intervenciones puntuales, pero no suficientes
Nadia Boulainseur admitió que se debía realizar trabajos de urgencia. Tranquilizó a los padres afirmando que la fuga de gas se había tomado en serio y que el gas ya había sido cortado. Se ha llevado a cabo una serie de intervenciones en la caldera, para asegurar que los niños no corran ningún riesgo en esta escuela cada vez más amenazada por la inacción. A pesar de todo, los padres siguen siendo escépticos ante la lentitud de la evolución de las cosas.
Un llamado a una acción duradera
A pesar de que se han mencionado soluciones, los padres permanecen desconfiados. Se cuestionan sobre la durabilidad de los trabajos previstos y sobre las medidas de seguridad a largo plazo dentro de la escuela. Mientras esperan que las promesas se concreten, la necesidad de un entorno seguro y saludable para sus hijos es más urgente que nunca. La alcaldesa se comprometió a hacer un punto de seguimiento el 28 de noviembre, demostrando así que ha escuchado su llamado de auxilio. «Queremos que nuestros hijos puedan jugar y aprender en un espacio enriquecedor», claman los padres, uniéndose en esta búsqueda de serenidad.
Problemas enfrentados por los padres de alumnos
- Aula en ruinas: Estado deplorable, peligroso para los niños.
- Jeringas abandonadas: Presencia de residuos de drogas en el terreno.
- Fuga de gas: Riesgos para la seguridad de los alumnos.
- Vigilancia de los padres: Movilizados para hacer oír su voz.
- Protesta activa: Acceso a la escuela bloqueado para llamar la atención.
- Intervenciones municipales: Promesas de trabajos, pero acción tardía.
- Inseguridad: Miedo por la seguridad física de los niños en la escuela.
- Familia unida: Solidarios en su demanda de cambio inmediato.











